Ha fallecido Alejandro Armengol, quien fuera director en Cubaencuentro, dejando un vacío en el ámbito del periodismo cubanoamericano alineado con el partido Demócrata y opuesto al Republicano, dirigido a la población cubana.
Nacido en 1949, Armengol abandonó sus estudios universitarios en ingeniería para adentrarse en el periodismo tras dejar Cuba y asentarse en Estados Unidos. Durante su carrera, fue columnista y editor en El Nuevo Herald, además de ocupar el puesto de director editorial en Cubaencuentro desde 2010 hasta su partida. Además, incursionó en la docencia y la edición de libros, ampliando así su influencia en el ámbito intelectual.
Reconocido por manifestar opiniones que desafiaban la corriente predominante en la comunidad cubana del exilio, Armengol también mantuvo una postura crítica hacia el régimen cubano. Sin embargo, se le puede cuestionar por su tendencia a restringir la libertad de expresión en Cubaencuentro, censurando a aquellos colaboradores o lectores que discrepaban de ciertos dogmas, como los impuestos por la OMS respecto al Covid-19. Esta línea editorial evidenció tanto sus limitaciones para desafiar las convenciones como la supuesta agudeza analítica que se le atribuye en el obituario de sus sucesores en Cubaencuentro.
El artículo «Imaginar el futuro como una vuelta al pasado» ofrece una visión crítica sobre el exilio cubano en Miami y su relación con los cambios políticos en Cuba y el mundo, según la perspectiva de Alejandro Armengol. En este artículo, Armengol destaca un cambio en las tácticas del anticastrismo en Miami, que ahora muestra apoyo a movimientos de derecha en Europa y América Latina. Él interpreta esto como una búsqueda de un «hombre fuerte» como líder, personificado en figuras como Donald Trump y su movimiento MAGA.
Armengol argumenta que tanto el populismo de izquierda como el de derecha comparten un carácter reaccionario, pero en Miami se favorece el populismo de derecha como una manera de imaginar un retorno al pasado, particularmente en relación con Cuba. Además, critica la dependencia del exilio cubano en Miami de factores externos para lograr sus objetivos, así como su falta de capacidad de movilización y la disminución de su influencia política, ilustrada por la derrota en las elecciones presidenciales y la llegada de Joe Biden al poder.
El autor describe una decadencia en el poder del exilio cubano, evidenciada por protestas menos concurridas, organizaciones sin fondos gubernamentales y restricciones en la libertad de expresión. En resumen, el artículo ofrece una visión politizada sobre el exilio cubano en Miami, sirviendo como un testimonio del pensamiento negativo de Armengol sobre este tema.
Se espera que la reflexión crítica sobre el legado de Armengol sirva como guía para aquellos que tomen su relevo en Cubaencuentro, fomentando una mayor apertura de enfoques combinada con imparcialidad y la búsqueda constante de la objetividad.
A pesar de sus errores, reconocemos las contribuciones positivas de Armengol al periodismo, y se le da el pésame a sus familiares, deseando que el difunto descanse en paz.